"Cuando la España cristiana medieval atravesaba un periodo de oscurantismo en el que ni siquiera se planteaba ningún tipo de higiene y mucho menos personal, la Córdoba musulmana contaba con más de seiscientos baños árabes públicos, herederos de las termas romanas.
Lugar de descanso, de reunión social y política, en ciertas regiones el hammam constituye, especialmente para las mujeres,
una de sus distracciones favoritas y todo un ritual generador de belleza y sensualidad,
al tiempo lugar donde mejor se desvanece cualquier desigualdad de índole social."


2.1.08

Rita Ribeiro





¡MACUMBA TECNO PARA TODO EL MUNDO!


Debía llegar: lo electrónico fusionado
con lo más ancestral de la cultura afro-brasilera.
El resultado mágico logró un show y un álbum
que han venido despertando el reconocimiento
de los máximos exponentes de la MPB, como Caetano Veloso,
además de la proyección internacional.
Para bailar sin prejucios ni inhibición.



(Caetano Veloso, 2006) Hacía algún tiempo que venía oyendo con curiosidad y agrado una voz de mujer que impresiona por la firmeza, por la limpieza del sonido, por la naturalidad de la afinación. Es una voz que oí primero, casualmente, en la radio de mi automóvil, y que siempre me hacía detenerme para atenderla y preguntarme: ¿quién será esta cantante que tiene la emisión lisa (sin vibratos) más impresionante que he oído en mucho tiempo? ¿De quién será esa voz incorporada y delicada, de quién son esos glisados seguros y de gran efecto experimental, sin sombra de vulgaridad?

Conocí el nombre de Rita Ribeiro al encontrar las respuestas a tales preguntas. Ahora, siendo parte de un movimiento que busca usos significativos para sus invenciones vocales, Rita desarrolló este proyecto al que ha dado el nombre "Tecnomacumba". Los cantos y toques de las religiones afro-brasileiras en sintonía con ritmos obtenidos en el uso de instrumentos eletrónicos. El resultado es rico, honesto y sugestivo.

El disco es un producto de nivel profesional impecable, prueba de que Brasil anda con sus propias piernas. Las combinaciones rítmicas y timbrísticas de la programación eletrónica con instrumentos tocados por personas son equilibradas. El repertorio, una antología de composiciones sobre el tema de las religiones africanas de Brasil, siempre moduladas por cantos salidos directamente de esas prácticas religiosas.

En ciertos casos estamos obligados a preguntarnos algunas cosas, como por ejemplo, si la "Oración al Tiempo" fue creada por las lavanderas de Monsueto, o si en cambio la samba de Monsueto resultó extraída de aquella oración. Así, hay una mezcla de temas, una red de recuerdos y referencias que otorga una textura interna especial al trabajo. El resultado gira más hacia un pop elegante, en el que una buena banda de acompañamiento está atemperada por sonidos tecno, que hacia una zambullida radical en el mundo de batucadas y de eletrónica. En más de una ocasión, lo que resalta es la voz de Rita, su simpática seguridad (nada fácil ni frecuente), su timbre completo, sus ornamentos chic por lo personalísimos, su nobleza maranhense.

Este disco tiene un futuro intrigante y puede llegar a decirnos más de lo que parece decir ahora. Vamos a oirlo y a esperar.



bio bio bio

Rita Ribeiro nace en Maranhão en 1966. Después de vivir en São Luís, donde inicia su carrera de intérprete, comienza a despuntar como una gran revelación de la música brasilera en 1996, y un año más tarde, ya viviendo en São Paulo, graba su primer CD, que lleva su nombre, con producción de Mário Manga y Zeca Baleiro, con el que alcanza proyección nacional.

En 1998 obtiene contrato con MZA Music, grabadora del productor Marco Mazzola, y todavía bajo la batuta del maestro Manga presenta en el '99 "Perlas de los pueblos", álbum de excepcional acogida. Aquí es cuando, junto a Ney Matogrosso, Milton Nascimento, Zeca Baleiro y Chico César, lleva la noche brasilera al Festival de Jazz de Montreux y es invitada a presentar el Festival Brasil - Caracas en Venezuela. Su dimensión internacional había llegado.

"Perlas de los pueblos" es apreciado en el Festival Todos los cantos del mundo, donde ella comparte escenario con Lokua Kanza, considerado entre los grandes exponentes de la música pop africana, en el mismo 2000 cuando el sello Putumayo Worls Music distribuye el sello en los Estados Unidos y Canadá, y Rita concreta su tour por las principais ciudades de esos países, como San Francisco, Los Ángeles, Toronto y Montreal, frente a un promedio de 15 mil personas. Esta proyección le vale la nominación a los 43º Premios Grammy, categoría Mejor Álbum Pop Latino.

En 2001 lanza "Conmigo", producido por Marco Mazzola, coproducido por Pedro Mangabeira y distribuido por el sello Abril Music. En outubre de 2003 inicia la temporada de shows con el proyecto Tecnomacumba, que se extendió hasta diciembre de 2006, año en que Rita recibe el premio Rival Petrobrás al Mejor Show.

El sello Manaxica Produções graba "Tecnomacumba", producido por Rita -asociada con Israel Dantas- y distribuido a través de Biscoito Fino. Tanto el disco como el show constituyen una celebración del componente negro y amerindio de la identidad nacional, que la música popular brasilera y la música eletrónica herdaron de pueblos africanos e indígenas.

Por medio de fusiones, en algunos casos sutiles y en otras expresas tomadas del movimiento de Música Popular Brasileña (MPB), de sonidos electrónicos y de expresiones provenientes de las religiones afro-brasileras, Rita Ribeiro busca demostrar la alianza, dentro de su cultura, entre el MPB, la eletrónica y la música ancestral qe fluye en terrenos de candomblé, centros de umbanda, batucadas y changós esparcidos por su país. Su show ha sido disfrutado por más de 70 mil personas y se mantuvo cuatro años en cartel en Río de Janeiro, con participaciones espaciales de grandes nombres de la música local: Ney Matogrosso, Alcione, Beth Carvalho, Teresa Cristina, Carlos Malta, Daúde, Mart´nália, Marcos Suzano, Sandra de Sá, entre otros, obteniendo gran respaldo de público y de crítica.




Música como transmisión
de conocimiento

(Jean Wyllys, periodista y escritor brasilero, Salvador de Bahía) Después de encantar plateas a lo largo de todo Brasil con el sorprendente show “Tecnomacumba”, la cantante Rita Ribeiro presentó un CD homónimo e igualmente seductor en su propuesta musical; más que un disco de canciones, es una intervención cultural que coloca a la maranhense entre las más musicales, creativas, sensibles y afinadas intérpretes de la música popular brasilera surgidas desde los años 90.

Cada vez más consciente del camino que eligió recorrer en el terreno musical, ella reclutó al guitarrista Israel Dantas en la producción de este, su cuarto álbum, y hasta arregló una de sus canciones, el "Canto para Oxalá", de dominio público.

Sin perder la calidad de música-popular-pop-de-raíz-brasilera, capaz de incendiar las pistas de baile y, al mismo tiempo, emocionar, “Tecnomacumba” busca mostrar intersecciones entre la música popular brasilera, los sonidos electrónicos y las cantigas, pontos y rezos de las religiones afro- brasileras (de las deidades africanas como Orixás, Voduns y Inquices y las de caboclos o mestizos y negros viejos, contaminadas de sincretismos católicos y kardecistas.

El prefijo "tecno", sin embargo, quiere indicar menos música electrónica y más tecnología en el sentido de actividad humana generadora de una cultura. Gracias a la tecnología, Oxossi construyó su ofá (arco y flecha) y según la mitología africana Ogum forjó sus armas en hierro. Gracias a la tecnología el hombre construyó para sí tanto los primitivos tambores como los sintetizadores contemporáneos, sin hablar de los medios de comunicación capaces de globalizar lo que es local y viceversa.

Conexiones entre aspectos culturales locales con lo globalizado no constituyen ninguna novedad en la historia de la música, pero depende de cada artista promover el cambio o repetirse. Rita Ribeiro promueve un cambio significativo. No es por casualidad que abre el CD con un saludo a Exu y después de saludar a los otros Orixás, desfilan una serie de pontos y cantos en homenaje a sus diferentes invocaciones o nombres (inclusive a su faceta femenina, la Pomba-gira), ya que nada se hace sin Exu, ni ruptura ni repetición. Exu es el Orixá que puede romper la tradición y promover el cambio. Él es el movimiento mismo de la vida. Y, en consonancia con Exu, “Tecnomacumba” no es tradición: es traducción.

Ella retoma ese sentido amplio que tiene la música para los negros africanos: la música no sólo sirve para el solaz estético y el placer; es un medio de transmisión de conocimientos entre diferentes generaciones, y por ende fundamental para la cultura de un pueblo; aquel sentido de que la música es un medio de comunicación entre el mundo de los hombres y el mundo sagrado (es por ello que se canta mucho en los terrenos de Candomblé y Umbanda, sobre todo para celebrar el placer de vivir, bailar y divertirse); el sentido de que la música –siempre producida por los tambores- es la conductora del axé, la fuerza sagrada de la vida.

El disco rescata el sentido amplio de la música y revela que la música popular brasileña le debe mucho a las religiones afro-brasileras. Y para ello canta aquello que es evidente en ese sentido, como “Rainha do mar”, clásico de Dorival Caymmi, e “Iansã”, de Caetano Veloso, pero además presenta versiones totalmente recreadas de canciones casi olvidadas como “Domingo 23”, del maestro Jorge Benjor; “Cavaleiro de Aruanda”, de Tony Osanah, grabada en 1973 por Ronnie Von; y “Coisa da Antita”, de Wilson Moreira y Nei Lopes, anteriormente grabada por Clara Nunes (además en esta canción, Rita Ribeiro rinde un genial homenaje a los negros viejos de Umbanda).

Las interpretaciones y la textura musical de cada canción son de una riqueza que sólo una artista con talento y creatividad podrían producir. Y no se trata sólo de la mezcla que hace de música popular, cantigas y pontos de las entidades y sonidos electrónicos; Rita Ribeiro coloca la interpretación y la sonoridad a merced del Orixá o la entidad reverenciada: su interpretación de “Oração ao Tempo” de Caetano Veloso -y para la cual cuenta con un apoyo de lujo: el violinista Nicolas Krassik- es sublime: ríe y es sensual cuando canta "É D' Oxum" (Gerônimo/Vevé Calazans); coloca ecos en la voz al cantar “Baba Alapalá” de Gilberto Gil, para saludar a Xangô, el Orixá ancestral del reino de Daomé y señor de los truenos; y pone tambores vibrantes como son los vientos de Iansã en “A Deusa dos Orixás” (Toninho/Romildo), también elegida con pinzas desde el repertorio de Clara Nunes.

Sin contar que “Jurema” ponto de dominio público grabado con anterioridad por Rita en su primer disco– aparece totalmente recreado, pero no por ello menos impactante. Otra canción que ella ya había grabado en su primer disco es “Cocada” (Antônio Vieira), ahora recreada en ritmo sincopado y dedicada a los erês.

Fue la curiosidad de la gente en relación a la sonoridad de "Jurema" lo que llevó a la cantante a acuñar el término "tecnomacumba" para explicarla.

Este disco también tiene el mérito de ser una representación positiva de la libre convivencia entre los credos en un momento de creciente intolerancia religiosa. Y no esperen de ella el rigor de una pesquisa académica ni el aburrimiento de un disco hermético, hecho para unos pocos. “Tecnomacumba” tiene el sabor de la tradición oral. Vino para caer en la boca del pueblo. ¡Ojalá, inch alá! ¡Ojalá, Dios quiera!

¡videos de Rita Ribeiro en el canal Nuestro Hammam!



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"La cultura es mucho más rica cuando más mezclada está; los países mestizos tienen ventajas sobre los más homogéneos porque es la diversidad la que nos enriquece. La cultura no puede ser única ni cerrada, pues hay una polinización que ha venido del lejano Oriente, al Oriente próximo, y de ahí a Occidente. La literatura, por ejemplo, se mueve por las autopistas del viento."
(Juan Goytisolo, Barcelona)