ESPAÑA PELEA SU NOMINACIÓN
Trece ciudades se apuntan para el codiciado premio,
que conllevan beneficios de producción y de turismo.
(Ángel B. Gómez Puerto*, La República, 30 de abril) Treces ciudades españolas ya han manifestado, de momento, su intención de formalizar candidatura para conseguir la nominación de ser Ciudad Europea de la Cultura en el año 2016, a compartir, según lo establecido, con una ciudad de Polonia.
A saber, un municipio madrileño (Alcalá de Henares), dos de Castilla-León (Burgos y Segovia), una extremeña (Cáceres), dos de Andalucía (Córdoba y Málaga), una de Castilla-La Mancha (Cuenca), una de Euskadi (San Sebastián), una catalana (Tarragona), una de la Comunidad Foral de Navarra (Pamplona), una de las Islas Canarias (Tenerife), una de la zona levantina (Valencia) y la capital aragonesa, Zaragoza, que este mismo verano será sede de una exposición internacional dedicada al agua. Como podemos fácilmente deducir, se trata de ciudades con grandes atractivos culturales y patrimoniales, contando varias de ellas con la declaración internacional de Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad británica de Liverpool, tan “española” últimamente, por estar su equipo de fútbol plagado de compatriotas, está disfrutando en el presente 2008 de dicha condición de capitalidad cultural, compartiendo esta distinción con la ciudad noruega de Stavanger (Noruega no forma parte de la UE pero sí del Espacio Económico Europeo). Para el próximo 2009 serán Vilna (Lituania) y Linz (Austria). En el año 2010 ostentarán tan distinguida oportunidad cultural las ciudades de Essen (Alemania) y Pécs (Hungría), y en el 2011 serán Turku (Finlandia) y Tallin (Estonia). Este es el calendario de la máxima distinción cultural europea para el próximo trienio, respecto al que estarán muy atentos los responsables culturales de nuestras ciudades aspirantes.
Todo este asunto de las Ciudades Europeas de la Cultura, que tiene su origen en el Consejo de Ministros de la Unión Europea de 13 de junio de 1985 a instancias de la entonces Ministra griega de cultura, Melina Mercouri, se regula desde enero de 2007 por la Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión, por la que se establece una acción comunitaria en favor de la manifestación Capital Europea de la Cultura (2007-2019). El objetivo principal de esta norma es establecer una acción comunitaria denominada Capital Europea de la Cultura, con una doble dimensión: resaltar la riqueza, la diversidad y los rasgos comunes de las culturas europeas, así como la promoción de una mayor comprensión mutua entre los ciudadanos europeos.
La solicitud formal que presente cada ciudad candidata ha de incluir un Programa Cultural que ha de atenerse a criterios de dimensión europea, y referente también a la ciudad y los ciudadanos. En la dimensión europea del proyecto se incluyen los contenidos que favorezcan la cooperación entre agentes culturales, artistas y ciudades del Estado en cuestión y de otros Estados miembros en cualquier sector de la cultura, resaltar la riqueza de la diversidad cultural de Europa, y poner de relieve los aspectos comunes de las culturas europeas. Respecto al criterio la ciudad y los ciudadanos, el programa de la solicitud deberá estimular la participación de los ciudadanos que vivan en la ciudad y sus alrededores, y despertar su interés y el de los ciudadanos extranjeros. Asimismo, el programa cultural que se elabore y presente ha de ser sostenible y formar parte del desarrollo cultural y social a largo plazo de la Ciudad en cuestión.
La resolución final de qué ciudad española conseguirá ser nominada no debe llevarnos a una especie de competición deportiva, sería un error. Lo importante es que se reflexione internamente en cada una de las ciudades candidatas, se pongan en orden y en valor sus energías e infraestructuras culturales, se obtenga lo mejor de cada una de ellas en función de los criterios establecidos en la señalada norma europea, se plasme en su proyecto cultural, y se decida, conforme al procedimiento y plazos establecidos en la misma, de la forma más objetiva posible, sin marcar preferencias previas por parte de las instancias gubernativas superiores. Seguro que con esta filosofía saldrá beneficiada la ciudadanía española en general, pues, contaremos colectivamente en nuestro país con más oferta cultural, que podremos disfrutar en cualquier momento, y no sólo en el señalado año.
(*) Ángel B. Gómez Puerto es Abogado y está Doctorado en Derecho Público por el Área de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba.
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