"Cuando la España cristiana medieval atravesaba un periodo de oscurantismo en el que ni siquiera se planteaba ningún tipo de higiene y mucho menos personal, la Córdoba musulmana contaba con más de seiscientos baños árabes públicos, herederos de las termas romanas.
Lugar de descanso, de reunión social y política, en ciertas regiones el hammam constituye, especialmente para las mujeres,
una de sus distracciones favoritas y todo un ritual generador de belleza y sensualidad,
al tiempo lugar donde mejor se desvanece cualquier desigualdad de índole social."


8.8.07

Fuente de todo placer


HISTORIA Y SENTIDO DE LOS BAÑOS ÁRABES

Cuando la España cristiana medieval atravesaba un periodo de oscurantismo en el que ni siquiera se planteaba ningún tipo de higiene y mucho menos la personal, la Córdoba musulmana contaba con mas de seiscientos baños árabes públicos. Herederos de las termas romanas, algunos eran muy humildes y económicos; otros, todo un lujo para sibaritas. Sus muros estaban alicatados y sus estancias separadas por arcos y columnas; los techos, abovedados y con lucernas. No solo servían como lugar de descanso, sino también de reunión social y política.
Algunos tratados de la época muestran el refinamiento de nuestros antepasados andalusíes, describiendo con todo tipo y detalles sus costumbres higiénicas y la moda de sus gustos personales, como eran el uso de pasta dentífrica, cremas depilatorias, aceites y espumas aromáticas con esencia de almizcle, jazmín o violeta. Quizá sin tanta sofisticación, y con independencia de que las viviendas dispongan de confortables bañeras, los marroquíes acuden todavía con gusto y de manera periódica al hammam. No tanto los más modernizados.
El origen de esta antigua costumbre popular seguramente proviene de las recomendaciones que en cuanto a la higiene y a las preceptivas abluciones, el Islam supo siempre inculcar, ya que, según reza un hadith del Profeta, “la higiene es una manifestación de la fe”. Así, limpiar y cuidar el cuerpo, además de ser una practica placentera, también es un acto de fe, en el que el agua se convierte en la manifestación generosa de lo creado y elemento purificador del cuerpo y del alma.
Para el mundo islámico el agua es un don divino, pero también significa la sabiduría profunda y la pureza, la bebida por excelencia que apaga la sed del alma. Por todo ello el hammam se convierte en pasaje obligatorio para los grandes eventos de la vida: el nacimiento, la circuncisión y el matrimonio.
Los marroquíes están convencidos de que a los genios (yenun) les gusta habitar donde hay abundante agua, y por tanto, que en los hammam hay genios que se apoderan de quienes vienen a molestarles de modo insolente. Por ello, cuando una recién casada, una parturienta o un recién nacido acuden a estos baños públicos para cumplir con el ritual, encienden velas y gritan “yu-yus”, invocando el beneplácito de los yen.
(Extracto y fotografías: Red de Baños Árabes)
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http://www.hammamspain.com

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"La cultura es mucho más rica cuando más mezclada está; los países mestizos tienen ventajas sobre los más homogéneos porque es la diversidad la que nos enriquece. La cultura no puede ser única ni cerrada, pues hay una polinización que ha venido del lejano Oriente, al Oriente próximo, y de ahí a Occidente. La literatura, por ejemplo, se mueve por las autopistas del viento."
(Juan Goytisolo, Barcelona)