CARAVANA DEL MANUSCRITO ANDALUCÍ
Presentan documental de
Lidia Peralta García.
Lidia Peralta García.
En 'Al-Muqaddima', obra cumbre del filósofo andalusí Ibn Jaldún, decía el autor que la escritura conserva las memorias que el hombre quiere guardar, algo aplicable hoy a los miles de manuscritos que yacen en las bibliotecas del desierto africano, en países como Marruecos, Mauritania y Mali.
La realizadora granadina Lidia Peralta García ha presentado en el Centro Cívico Golferich de Barcelona su último documental, 'La caravana del manuscrito andalusí', con el apoyo de la productora malagueña Cedecom, en el que se muestran los manuscritos que develan la historia de Al-Andalus, escrita en árabe por musulmanes, tal y como la concibieron los andalusíes antes de abandonar España.
Tras cinco meses de viaje y más de 6.000 kilómetros de ruta desde Toledo a Tombuctú, la mítica ciudad del desierto de Mali, la realizadora muestra que España sólo conserva una mínima parte de los manuscritos, lo que impide la recuperación total de la memoria de aquel período.
"La razón estriba en que muchos cayeron bajo las hogueras de la represión católica", afirma Peralta, quien dice que otros fueron escondidos en los muros de las casas de sus propietarios ante el temor de ser descubiertos tras el edicto de conversión.
El documental refleja el ejemplo de tres manuscritos de la época nazarí descubiertos en la pared de una casa de Cútar (Málaga) en el año 2003, al igual que otros libros que yacen, quinientos años más tarde, en las bibliotecas familiares de oasis de la antigua Ruta de las Caravanas, como Chinguetti o Walata.
"Lo que más me ha sorprendido ha sido constatar como estos libros, amenazados por la humedad y las termitas, siguen siendo fuente de conocimiento para los habitantes de estos oasis", afirma la realizadora, que en su documental sigue de cerca el pasado familiar de Ismael Diadié Haidara, descendiente de andalusíes y propietario de la Biblioteca Andalusí del Fondo Kati en Tombuctú, que vive a caballo entre esta ciudad y Granada.
Diadié ha pasado décadas investigando su pasado familiar, que ha reconstruido a través de los manuscritos escritos por sus antepasados, como el jurista Ali Ben Ziyad, que escribía notas marginales donde expresaba sus sentimientos y temores al abandonar Toledo en el año 1468, para seguir una ruta incierta que le condujo hasta Mali.
El documental muestra como la biblioteca de Diadié, al igual que otras del desierto, ha sido perseguida durante siglos por su importancia y su valor, mientras que otros manuscritos han caído incluso bajo las garras del tráfico internacional, por lo que la Unesco ha promovido campañas de sensibilización.
Junto a piezas como las que Ismael conserva en su biblioteca, la realizadora se ha topado con otras joyas, como un manuscrito de Averroes, el gran filósofo árabe nacido en Córdoba alrededor del año 1126, un libro que encontró muy deteriorado por la acción de las termitas.
Para Peralta, hacer un documental de este tipo "hace ser muy consciente de que durante muchos siglos hemos compartido una misma historia, hoy unos tienen la piel blanca y otros negra". La huella de al-Andalus sigue presente en el Magreb y en el África subsahariana en forma de arquitectura, de música, de costumbres y de recuerdos, una unión entre países que, para la directora del documental, "es muy saludable en estos tiempos de radicalización de los discursos".
PARA LEER MÁS:
El Fondo Kati: una biblioteca andalucí en Tomboctú
Monografía sobre el Fondo Kati
Imperios Mediterráneos en el siglo XIV
Ibn Jaldún y su época: auge y decadencia de dos imperios
Comercio y rutas: intercambio de culturas impulsoras de un nuevo mundo
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Tras cinco meses de viaje y más de 6.000 kilómetros de ruta desde Toledo a Tombuctú, la mítica ciudad del desierto de Mali, la realizadora muestra que España sólo conserva una mínima parte de los manuscritos, lo que impide la recuperación total de la memoria de aquel período.
"La razón estriba en que muchos cayeron bajo las hogueras de la represión católica", afirma Peralta, quien dice que otros fueron escondidos en los muros de las casas de sus propietarios ante el temor de ser descubiertos tras el edicto de conversión.
El documental refleja el ejemplo de tres manuscritos de la época nazarí descubiertos en la pared de una casa de Cútar (Málaga) en el año 2003, al igual que otros libros que yacen, quinientos años más tarde, en las bibliotecas familiares de oasis de la antigua Ruta de las Caravanas, como Chinguetti o Walata.
"Lo que más me ha sorprendido ha sido constatar como estos libros, amenazados por la humedad y las termitas, siguen siendo fuente de conocimiento para los habitantes de estos oasis", afirma la realizadora, que en su documental sigue de cerca el pasado familiar de Ismael Diadié Haidara, descendiente de andalusíes y propietario de la Biblioteca Andalusí del Fondo Kati en Tombuctú, que vive a caballo entre esta ciudad y Granada.
Diadié ha pasado décadas investigando su pasado familiar, que ha reconstruido a través de los manuscritos escritos por sus antepasados, como el jurista Ali Ben Ziyad, que escribía notas marginales donde expresaba sus sentimientos y temores al abandonar Toledo en el año 1468, para seguir una ruta incierta que le condujo hasta Mali.
El documental muestra como la biblioteca de Diadié, al igual que otras del desierto, ha sido perseguida durante siglos por su importancia y su valor, mientras que otros manuscritos han caído incluso bajo las garras del tráfico internacional, por lo que la Unesco ha promovido campañas de sensibilización.
Junto a piezas como las que Ismael conserva en su biblioteca, la realizadora se ha topado con otras joyas, como un manuscrito de Averroes, el gran filósofo árabe nacido en Córdoba alrededor del año 1126, un libro que encontró muy deteriorado por la acción de las termitas.
Para Peralta, hacer un documental de este tipo "hace ser muy consciente de que durante muchos siglos hemos compartido una misma historia, hoy unos tienen la piel blanca y otros negra". La huella de al-Andalus sigue presente en el Magreb y en el África subsahariana en forma de arquitectura, de música, de costumbres y de recuerdos, una unión entre países que, para la directora del documental, "es muy saludable en estos tiempos de radicalización de los discursos".
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