VIGENCIA DE ERNESTO GUEVARA
Del sumario, en especial leímos la entrevista al periodista californiano Jon Lee Anderson, autor de la excelente biografía Che, una vida revolucionaria, quien ahora cubre la masacre en Bagdad, tras haber escrito La tumba del león y Partes de guerra de Afganistán, además de La caída de Bagdad. Anderson recuerda, por ejemplo, que la conciencia colectiva no es unívoca cuando permanecen abiertas tamañas brechas. Entonces, dice, “para el Primer Mundo, el Che es una figura de moda, romántica, que las actrices se tatúan en el cuerpo y que figura en una amplia gama de productos comerciales. Allí hay menos comprensión del mensaje político porque es menos relevante para la vida cotidiana de la gente, donde se sirven de él para identificarse con un espíritu de rebelión. Pero ello es muy diferente en el Tercer Mundo, donde la pobreza, las dictaduras y la injusticia política aún son parte de la vida cotidiana y donde la gente es, obviamente, mucho más activa políticamente que en los Estados Unidos o Europa. En tales lugares, el Che sigue teniendo un peso y un significado políticos que van más allá de la moda".
Reproducimos el artículo del escritor y crítico de arte británico, John Berger, traducido por Flavia Costa.
El hombre que deseó otro futuro
(John Berger) Si el Che Guevara estuviera vivo, tendría 79 años. Hoy tiene siempre 39. Esta es la clase de cosas que les suceden a los seres legendarios. Y el Che se ha convertido en un ser legendario. Alguien puede protestar falsamente diciendo que ha sido recuperado. Que su imagen fue y es utilizada para vender pizzas o pólizas de seguros. Pero esto es un detalle.
El Che le habla a la imaginación de por lo menos tres generaciones. ¿Por qué? En lugar de responder inmediatamente esta pregunta, propongo que recordemos algunos pocos hechos, en relación con lo que estamos viviendo ahora, cuarenta años más tarde.
1) El Che fue un mártir. Los mártires siempre son llamados terroristas por aquellos que los matan.
2) El Che estudió y estaba entrenado como doctor como muchos terroristas recientes; esto sorprende a la gente, pero quizá no debería ser así. Los doctores, cuando no son cínicos, cuando no se interesan únicamente de procurarse dinero, se preocupan por aliviar el sufrimiento. Y mucho del dolor que existe en el mundo actualmente es una consecuencia directa de la pobreza producida por el hombre (es decir, no pobreza natural, sino creada: algo que no tiene nada que ver con la escasez). La pobreza producida precisamente por aquellos que no respetan ni honran otra cosa que el dinero.
3) El Che identificó hace cincuenta años el poder de los Estados Unidos como el primer enemigo global de la humanidad. Esto no es antiamericanismo. Esto no significa identificar a las personas que viven en los Estados Unidos como enemigas. Significa identificar a sus tiranos como el enemigo mundial número uno. Tal como dijo recientemente Hugo Chávez: “Después de casi 200 años podemos decir que los Estados Unidos estaban destinados a cubrir el mundo de miseria, y hacerlo en nombre de la libertad”.
“Es la hora de los hornos, y no ha de verse más que la luz”, escribió José Martí.
El Che deseó algo nuevo para el mundo, porque el mundo tal como era le resultaba intolerable. Y el deseo, si se lo sigue, altera la vida del deseante: transforma el ser de esa vida en un devenir; crea para esa vida un final abierto, y por eso puede aceptar plenamente el riesgo de la muerte, y por eso no está reñido con lo desconocido.
La tiranía bajo la cual vivimos en este momento y el mundo tiranizado que nos presentan los medios de comunicación no tienen lugar para ningún futuro. Sólo viven para el instante del consumo. El pasado y el presente están siendo erradicados. Físicamente, en la superficie del planeta; y también metafísicamente, mediante la manipulación de las mentes de los consumidores.
Giles Deleuze escribió: “El sistema en el que vivimos no puede soportar nada: de allí su fragilidad radica en cada punto, y de allí también su fuerza de represión global".
Este es el contexto en el cual el ejemplo y la vida del Che siguen siendo actualmente una inspiración. Parafraseando una vez más a Deleuze, no es una cuestión de estar en el mundo, sino de devenir con el mundo.
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