"NI PORTUGAL, NI ESPAÑA: IBERIA"
Echada a rodar ya por los festivales,
la nueva criatura de Carlos Saura despierta,
como sus anteriores Sevillanas, Flamenco y Tango,
el redescubrimiento de un género fundamental
de la cultura Iberoamérica.
En la presentación de la película en Madrid, el director se mostró entusiasmado con la experiencia, que le ha permitido "estar con artistas magníficos. Yo he tratado de darles la máxima oportunidad para que demuestren el talento enorme que hay en Portugal, a veces desconocido en España", explicó el cineasta, quien terminó su intervención con un "¡Viva Portugal!" que habría emocionado a Federico Trillo, aunque, como Saramago, añadió que "ni Portugal, ni España: Iberia".
La velada terminó con una "desgarrada" entre la propia Mariza y Ana Sofia Varela realmente emocionante. "!Qué maravilla cantar fados de distintas maneras!", subrayó Saura.
En su película también participan clásicos del fado como Camané y Carlos do Carmo -padre del proyecto- y "advenedizos" tan sobresalientes como Caetano Veloso, Chico Buarque, la figura brasileña del reggae Toni Garrido y el cantaor flamenco Miguel Poveda, flamante Premio Nacional de Música.
CAETANO VELOSO, EL IMITADOR
"De repente, el artista se pregunta: '¿Y qué hago?'. Decía un flamenco: 'Chico, hay que echar el resto, porque nos van a ver en todas partes", recuerda riendo. El viernes estuvo filmando a Caetano Veloso en un hangar de las afueras de Madrid. El plató, acotado por grandes paneles, iba adquiriendo sugerentes tonos anaranjados mientras el brasileño cantaba Estranha forma de vida.
Primero fue Almodóvar (Hable con ella), después Trueba (El milabro de Candeal) y ahora Saura (Fados). Al oír los tres nombres, el rostro de Caetano se ilumina.
"Fernando Trueba es el que mejor conoce mi trabajo. Me impresionó todo lo que sabe. Pedro es mi amigo y fue descubriendo mi obra en los conciertos, en los discos. En cuanto a Saura, veo sus películas desde Cría cuervos y Mamá cumple cien años. Mi madre, doña Canô, los va a cumplir este año. He visto Bodas de sangre, Carmen, aunque la que más me gusta es Flamenco, que me parece una obra maestra".
"En el flamenco te vas a Lebrija y te dicen: '¿Por qué no está no se quién?'. Y en Puebla de Cazalla: '¿Por qué no está fulanito?'. Esto es una película y es imposible que esté todo el mundo", explica Saura. Al aragonés le impresionó Camané. "Y, por supuesto, Carlos do Carmo, un hombre entrañable, un sabio". Sorprende a priori la presencia en Fados de caboverdianas (Lura), brasileños (Chico Buarque) e incluso mexicanas (Lila Downs).
"Hay un intento de recuperar cosas que vienen de Brasil o de África. Portugal ha cortado mucho con su pasado. Supongo que Salazar impidió toda la parte negra, que tiene un componente muy erótico. Son bailes muy sexuales, muy directos", explica.
Mariza y Miguel Poveda van a compartir fado. "El fado tiene algo de resignación altiva", esboza Caetano Veloso. "Puedes oír cantes de flamenco apasionados, desesperados, nunca resignados. La voz suelta del flamenco es un grito en el desierto, casi una blasfemia, y en el fado se para todo con el fin de que la voz se coloque de una forma estridentemente modesta", dice riendo.
Durante la gira de su disco en inglés, repetía cada noche que su patria es la lengua portuguesa: "Decía en Estados Unidos que no había cómo traducirlo porque patria no tiene un equivalente en inglés. Patriota sí, pero no patria". Saura señala que "los textos de los fados son muchas veces de poetas como Pessoa. Y esa integración literaria-musical en España se da muy poco".
Con 12 años, Caetano Veloso ya cantaba fados imitando el acento portugués. Y en sus conciertos en Portugal siempre cae alguno. "Tengo muchísimas ganas de grabar un disco de fados y canciones de Lisboa", confiesa. "Amália Rodrigues vino a verme al Coliseu lisboeta. Iba a cantar Estranha forma de vida y dije que ella estaba entre el público. La gente aplaudió puesta en pie. Y ella subió al escenario. ¿Cómo podía yo cantar? Le pedí que la cantase y bromeó diciendo que yo lo hacía mejor. Coronaba una campaña a favor del fado que yo hacía en Portugal en los años setenta, cuando los jóvenes portugueses lo despreciaban".
El fado quedó asociado a la dictadura de Salazar. "También pasó aquí. Decían 'Lola Flores no porque es fascista'. Bailaba en las fiestas de Franco, pero está por encima del bien y del mal. Esas cosas políticas hay que exigírselas a ciertas personas, a otras creo que no, y en el caso de los flamencos mejor dejarlos como están", dice Saura riendo.
Fados sería un desafío en el que hay que armonizar diversas piezas para crear un ritmo visual y musical. "La escenografía es un invento que voy repitiendo desde Sevillanas con diferentes texturas, fondos e iluminaciones, ahora con proyecciones. Con cada película voy avanzando un poquito y arriesgándome un poquito más porque si no sería muy aburrido".
"Me ha gustado ver trabajar a Saura, tan cariñoso y alegre. Siempre pienso en volver a dirigir, pero me falta valor", confiesa Caetano Veloso, que filmó O cinema falado en 1986.
A Saura el estudio le permite grabar lo mejor de cada artista. "La cámara casi siempre va con una grúa para que no haya demasiada gente alrededor. Es una cámara un poco insolente, pero anónima. Cuando hay un número viene todo el equipo porque es como asistir a un espectáculo en primera fila", dice cogiendo su cámara -"empecé como fotógrafo y tengo 600"-. Como aseguró en cierta ocasión, sigue trabajando a salto de mata: "Hago fotos, escribo, dibujo y, sobre todo, trato de hacer cine".
Una concejal lisboeta dijo que no entendía por qué una película sobre un elemento esencial de la cultura y la identidad portuguesas se le encargaba a un español. No llegó la sangre al río. "A Buñuel ningún país le parecía más lejano de España que Portugal", cuenta riendo Caetano Veloso.
Para Saura, "los españoles son más salvajes que los portugueses en su expresión musical. El flamenco es una forma de esa expresión algo bárbara y al tiempo muy delicada. Un contrapunto que se ve en Picasso, Buñuel o Goya, capaces de la brutalidad máxima y de una sensibilidad exquisita".
Caetano recuerda la letra del fado Liberación: "Lejos de aquí, donde quieras, la vida será más grande". "Conocí España y Portugal bajo aquellas dictaduras duraderas. Si hay un ejemplo de que la libertad puede sentar bien se encuentra claramente en la península Ibérica". (fotografía: Bernardo Pérez)
FESTIVAL PANTALLA PINAMAR
El programa del festival, en que se promocionan de forma conjunta las producciones argentinas y europeas, incluye 53 películas, con una fuerte presencia española y también alemana y francesa.
Las diferentes secciones del festival son "Y el ganador es", donde compiten películas argentinas que participaron en festivales internacionales en 2006 y 2007; "Hoy es mañana", una selección de preestrenos nacionales y europeos, y "Un día, un film", dedicada a filmes europeos sin distribución en Argentina.
También habrá una sección con lo mejor del Festival de Málaga (España), otra en tributo a la actriz española Ángela Molina en la que se exhibirán dos de sus películas y "Kenneth Branagh x 2", que incluirá el preestreno de las dos últimas realizaciones del británico, "Juego macabro" (Sleuth) y "La flauta mágica" (The magic flute).
Se exhibirán piezas clásicas de Argentina, películas representativas del cine egipcio, un programa especial de cortometrajes españoles con producción de la Escuela de Cine y Audiovisual de la Comunidad de Madrid y otra sección de cortometrajes argentinos con la producción de la Escuela Nacional de Experimentación y realización Cinematográfica (ENERC).
Entre las películas argentinas que se proyectarán en el festival se encuentran "Una novia errante", coproducción argentino-española dirigida por Ana Katz, y "XXY", de Lucía Puenzo, candidata a competir en los Oscar por el premio a la mejor película de habla no inglesa. También "Ciudad en celo", otra coproducción argentino-española del director Hernán Gaffet; "Cuando ella saltó", de Sabrina Farji, y "El otro", de Ariel Rotter, entre otras.
Entre las películas internacionales que se proyectarán están "Los fantasmas de Goya", coproducción entre Estados Unidos y España dirigida por Milos Forman; "La bicicleta", de la española Sigfried Monléon; "Una familia feliz", del holandés Martín Koolhoven, y "Algunos filmes son Bordertown", coproducción entre el Reino Unido y Estados Unidos dirigida por Gregory Nava.
Los premios para los tres mejores filmes de la sección "Y el ganador es", en la que compiten trece películas de directores argentinos, son el Balance de Oro, Plata y Bronce y los ganadores son elegidos por el público y la prensa.
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