MONUMENTO A LAS VÍCTIMAS
DEL TERRORISMO DE ESTADO
La ceremonia se desarrolló en horas de la tarde en el Parque de la Memoria, ubicado en la avenida Costanera y la Ciudad Universitaria. En las placas del monumento están grabados los nombres de 9 mil víctimas del terrorismo de Estado, encolumnados por orden alfabético.
Desde su origen, durante la dictadura militar, los organismos de Derechos Humanos decidieron impulsar un proyecto para crear un lugar de recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado frente al Río de la Plata. La propuesta era un parque de esculturas y un monumento con los nombres de los desaparecidos y asesinados.
La iniciativa fue presentada a los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires el 10 de diciembre de 1997 y, a partir de esa fecha, comenzó un trabajo incesante, en una experiencia inédita de participación de distintos sectores para la concreción de un objetivo común. Luego de una aprobación preliminar y una audiencia pública, el proyecto se convirtió en ley el 21 de julio de 1998. La Ley 46 de la Ciudad de Buenos Aires dispuso la construcción del Monumento y del Parque.
Asimismo, esta norma también le dio un marco institucional a las tareas ya iniciadas con la creación de la Comisión pro Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, integrada por representantes de diez organismos de derechos humanos, once legisladores – respetando la proporción de los bloques en la Legislatura-, cuatro funcionarios del Gobierno de la Ciudad y un representante de la Universidad de Buenos Aires.
La comisión fue la encargada de convocar y organizar el concurso de esculturas “Parque de la Memoria” y, entre otras actividades de difusión y preparación del proyecto, de supervisar la ejecución de la construcción del Parque. El monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado se levanta frente al río porque en sus aguas fueron arrojadas muchas de las víctimas.
No se conoce tampoco la cifra total de víctimas del terrorismo de Estado, esta realidad es consecuencia del método utilizado por la represión.
Los casos denunciados oficialmente son aproximadamente 10.000, pero como muchas desapariciones y asesinatos no han sido denunciados aún, se calcula que alcanzarían el número de 30.000.
La dictadura militar intentó no dejar rastro de este horror, ocultando la verdad a los familiares de las víctimas y a toda la población. Todavía hoy, más de 30 años después, la sociedad reclama conocer la verdad sobre el destino final de los desaparecidos y que la justicia condene a los culpables de estos crímenes de lesa humanidad.
Fue diseñado como un corte, una herida abierta en una colina de césped.
La intervención paisajística y el trazado recrean el esfuerzo necesario para la construcción de una sociedad más justa y la herida causada por la violencia ejercida desde el Estado.
Los nombres de los detenidos desaparecidos y asesinados se asientan sobre estelas de pórfido patagónico a lo largo de un recorrido que comienza en una de las plazas y termina en la rambla, sobre el río. Un recorrido en rampa, procesional, lleva al encuentro con los nombres.
Se presentaron 665 proyectos, provenientes de 44 países. La amplia respuesta a la convocatoria demuestra que el arte es una de las principales herramientas para la reflexión y la elaboración de la memoria colectiva.
Para la elección de los ganadores, el Jurado tuvo en cuenta la contemporaneidad de los lenguajes como el sentido poético del conjunto, estableciendo una serie de principios de orden ético y estético coherentes con el propósito del Parque de mantener viva la memoria hacia el futuro.
Otros seis artistas fueron invitados por la Comisión pro Monumento en base a su prestigio, trayectoria y su compromiso con la defensa de los derechos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario